sábado, 7 de noviembre de 2009

La Constitución, en el paredón de ejecución (I)

Éste podría ser el primero de una lista de articulillos de aquí su seguro servidor. Una serie que promete ser larga como un día sin pan. Frase hecha, y últimamente muy practicada, que transgrede uno de los artículos fundamentales de la Constitución Españññiola, cañí y olé. ¿Saben cuál es? ¿A que no? Pues eso es porque, lectoras y lectores, no se saben ustedes la Constitución.

Y así no se puede ir por el mundo globalizado éste en el que nos ha tocado vivir. Sabemos que los poderes fácticos (el 5% de la población que domina el 90% de los recursos mundiales) suele pasarse por el forro de los pantalones los Derechos Humanos con bastante frecuencia. De hecho, si son poderes fácticos, lo son precisamente por eso. Porque se dedican a violar constantemente los derechos del 95% de la población restante de la Tierra, con lo que consiguen más poder. Fáctico y del otro.

Bueno. Centrémonos. Que esto iba de España y de su Constitución. Vamos a ello. Oye.

El otro día, navegando por las procelosas aguas de internet, voy y me entero de que “la Dirección” del periódico Público (es decir, los propietarios a través de “la Dirección”) se habían fundido a uno de los mejores columnistas de opinión con que contaba el rotativo. Rafael Reig, se llama el defenestrado.

Al parecer, “alguien” había decidido que sus opiniones no eran tan buenas ni imprescindibles como los lectores del periódico pensábamos. Y “alguien”, a través de la Dirección, tomó la medida de trasladarlo de sección. De Opinión a Cultura. No se trató de un despido, claro. Se trató de una decisión organizativa del periódico. Claaaro, como dice Mariñas. Claaaro. Porque en “Cultura”, el compañero Reig iba a poder despacharse igual de a gusto, tal y como lo hacía en “Opinión”, ¿verdad? Posnó, señora. Posnó.

La propuesta de traslado de Rafael Reig de “Opinión” a “Cultura” (función que, además, desempeñaría con bastantes limitaciones también impuestas por “alguien” a través de la condiciones que “la Dirección” le imponía a Reig) no es una simple decisión organizativa del periódico. Es, sencillamente, el modo de hacerle callar la boca a uno de los periodistas más combativos del panorama español. A uno de los pocos que tiene valor para decir lo que debe ser dicho, valor para denunciar lo denunciable y valor, mucho valor para decirles a los de Público que, si no le dan Libertad para decir lo que sabe y piensa, pueden ir metiéndose el periódico en el culo. O ir usándolo para limpiárselo. Que es, desde luego, lo que voy a hacer yo si me lo regalan. Porque lo que es comprarlo, visto lo visto prefiero leer el código Morse que lleva el papel higiénico.

El despido de Reig se suma, además, al previo y sonado que los dueños de Público practicaron con su anterior director, Ignacio Escolar. La línea que Ignacio le daba al diario tampoco parecía del agrado de sus amos. Demasiado izquierdosa; por lo visto aquello ya les olía mucho a rojerío y contubernio masónico. Así que, mediante otra operación de “organización” interna que encubría una violación del derecho a la libre expresión, se lo cargaron. Pese a que los propios magnates propietarios del diario saben que su “mercado” mayoritario está, precisamente, en la Izquierda política. Pero claro, una cosa es vender Izquierda y otra muy distinta, serlo. No vayamos a provocar, con tanto artículo cargado de razones como puños, que la gente que nos lee empiece a pensar. No, que después de pensar podría darles por actuar. Hala, hala. El señor Escolar que se vaya buscando otro curro. Y el señor Reig, tres cuartos de lo mismo.

Total: Transgresión clara de uno de los artículos de nuestra frecuentemente pisoteada Constitución Española. ¿Que cuál? Si ya les digo: Ustedes no se saben la Constitución. Muy mal. Léansela en lugar de perder el tiempo con el diario Público.

El Artículo 20, apartado d, habla de la cláusula de conciencia, y dice que a los periodistas se les debe reconocer la posibilidad de que, estén en el medio de comunicación en el que estén, escribirán según sus propias ideas, sin ser menoscabados por la línea ideológica de la Dirección o Propiedad del medio.

¿Qué, cómo lo ven?

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sábado, 15 de agosto de 2009

A las buenas. Arresulta que estoy de vacaciones, que por lo bien que sientan deben ser el estado natural del ser humano. El inconveniente es que tengo más tiempo para pensar. Y como, además, me estoy quedando calvo, tengo la manía de rizar el rizo. Así que les planteo a ustedes y ustedas algunas interrogantes que me han surgido hace poco. Amoavé:

Aguan. Si, a todas luces, el Capitalismo (uy, perdón, economía de mercado) nos está llevando a marchas forzadas hacia la destrucción total del Planeta... Y si el alimento básico del Capitalismo (y dale) es el consumo... ¿Qué conclusión lógica extraen ustedes de estas premisas?

Apeich. Últimamente, todo hijo de vecina nos recomienda que consumamos a pijo sacao y a calzón quitao. Pero todos, todas y todis: desde el emperador del Mundo romanizado, Barack-Mesías-Obama, hasta el más gris gobernador de provincia, como Pepito-Pelma-Montilla. Si tienen una respuesta a la pregunta aguan, úsenla para aclararme la apeich: ¿Qué nos están pidiendo de tapadillo nuestros ínclitos "líderes" políticos al incitarnos a consumir a tumba abierta?

Agromenauer. Siguiendo con el rollito-razonamiento-hermenéutica, ¿hemos de consumir más, menos...? ¿Todo, hemos de consumir la Tierra? ¿Qué hacer? Escalofriante interrogante...

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domingo, 21 de junio de 2009

La voz... ¿de la experiencia?

¿Se han dado cuenta ustedes (ustedes cuatro que me leen, digo) de la cantidad de gente lista que hay por el mundo? Es apabullante el ejército de sabios que nos aconseja todos los días. Pero todos, ¿eh? Sin faltar uno. Y la de cosas de las que saben, ya es para morirse. De todo, oiga. DE-TO-DO. A ver, ¿qué es lo que le inquieta a usted? ¿Sus dientes? Hay expertos en odontología, normalmente nueve de cada diez piensan lo mismo. ¿Le preocupa la limpieza de sus suelos, no sea que el niño “coja cualquier cosa”? Tiene usted expertos en productos detergentes y en gérmenes de los que construyen sus minicasitas de germen en los bancos de nuestras cocinas. ¿Le inquieta su vida interior, más concretamente su ajetreo intestinal? Escuche a los expertos en bifidus (activos, pasivos y agresivos), que no trabajan para otras marcas. Que se jodan, las otras marcas, y de paso todos los que no pueden permitirse comprar la marca buena, la suya, la cara. ¿Le aterra, en fin, la crisis económica mundial? No se mee encima todavía, que si precisamente los hay por legiones, son expertos en Economía.

Éstos, los expertos en Economía, son los mejores de todos: Brokers, asesores finencieros, gerentes de compañías “de negocios”, directivos de banco, caja de ahorro o monte de piedad, secretarios generales del Ministerio de Economía, directores y ex – directores de Reservas Federales, presidentes de bancos centrales europeos, premios nobeles de Economía, tertulianos de la tele, la radio, los periódicos y los tebeos, analistas de bolsa de Wall Street y de Mercadona… En fin, para qué extenderse más, ¿verdad? Expertos en Economía hay muchísimos. Y saben, también, muchísimo. Han demostrado su vasto conocimiento advirtiéndonos desde hace años de la enorme mierda económica que se nos venía encima, ¿a que sí? Y actualmente siguen chuleándonos con su dominio de lo económico, recetándonos medidas para paliar la crisis e incluso su fecha final y todo. Descubriendo indicios de recuperación, “brotes verdes” que les hacen ver la luz al final del túnel. Qué passsada, y yo debiendo ya dos recibos de hipoteca. Joder, ya podrían haber salido los podridos brotes hace tres meses. ¿Qué más les daba a estos expertos adelantar la nueva primavera capitalista?

Pero de entre todas las subespecies de expertos que hay, vamos a destacar una en particular. Centrémonos en esos “expertos” cuyo nombre y apellidos quedan ocultos tras su opinión. Fijémonos en esos “expertos” a los que se cita a las bravas, simplemente como “los expertos”. Enciendan un día la tele (tranquilos, que puede también apagarse) y escuchen cualquier anuncio, cualquier programa rosabasura, cualquier reportaje, y en especial cualquier noticiero. Todos están llenos de “según la opinión de los expertos”, de “los últimos estudios realizados”, de “consultas a los entendidos en la materia”… Oiga, y si tenía usted alguna duda al respecto, la intervención de esos maestros-de-todo la despeja al instante. Sin mayor justificación, sin calentamientos de cabeza, sin análisis crítico. Y usted se queda ya como más tranquilo, como más diciendo: “Ah, pues será eso, claro. Como yo no sé una mierda, tendrán razón los expertos”.

Se acabó la duda. Se despeja la incógnita, los gatos ya no tienen tres pies y los burros no vuelan. ¿Para qué darle más vueltas, si lo han dicho “los expertos”? No piensen ustedes más, no me sean cabestros. Descansen recreándose en la opinión de la tele sobre cualquier cosa, que siempre va refrendada por “la opinión de los expertos”. No se cuestionen nada, no intenten preguntarse nada, no busquen ninguna información, no contrasten ni investiguen por su cuenta. ¡Si ya lo han hecho “los expertos” por usted! ¿No se lo están diciendo? ¡¡¡Que los de la tele ya han hablado con los EX – PER - TOOOS!!!

Por cierto, ¿conocen ustedes a alguno de esos “expertos”? ¿Alguien de entre ustedes fue a la escuela, o se casó, o se tiró de los pelos, o le rayó el coche o se fue de cervecitas con un “experto”? Da igual en qué, ¿vale? Expertos en caries, caspa, grasa o vello corporal, digestiones lentas, hipotecas, armas de destrucción masiva o terrorismo internacional, crisis económicas, EREs, eyaculación precoz, globalización o piedras de mechero. En serio, expertos en lo que sea. ¿Conocen a alguno? ¿Le han visto, aunque sea en foto borrosa? No sé ustedes, pero aquí el que suscribe jamás se ha encontrado con ninguno…

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domingo, 14 de junio de 2009

Esto se cura leyendo

Crisis, hipoteca, desempleo, paquete de medidas, geocho, globalización, buguerkrin... ¿De dónde han salido todas estas cosillas que nos están alegrando tanto la vida últimamente? Hosti tú, mira por dónde nos sale éste ahora. Pues vaya usted a saber, será porque el mundo es así, ¿no? ¡Pues no! Todo tiene un origen y una evolución sin los que sería inexplicable un resultado final. O, dicho de otro modo, quién coño iba a entender cómo puede existir el Paquirrín (siendo así como es él, tan así) sin saber que es hijo de la Pantoja. Pues eso. Quién iba a entender cómo los capitalistas nos han metido en este desparrame de crisis sin saber cómo y de dónde surgió el Capitalismo.

Y eso es, precisamente, lo que nos explica Antonio Baños Boncompain en su magistral libelo La Economía no existe. Él le llama libelo, para aquí el que suscribe se trata de un librazo como la copa de un pino centenario. Tomen nota: lectura amena, capítulos cortos, ideas sintéticas, humor negro, ácido, mordaz y del otro, ejemplos sencillitos y hasta protagonizados por actores famosos, palabras llanas y poca terminología especializada... ¡Por fin un libro de economía escrito en castellano! Porque, hasta ahora, los tochos económicos podrían haber sido redactados en román paladino, en chino cantonés, en hebreo, en sánscrito o en arameo, que no había hijo de vecina que entendiese una mierda. Con La Economía no existe, se acabó no entender de Economía. Vas, te lo lees, te ríes, la entiendes y de paso pillas la cantidad de pamplinas con las que nos vienen todos los días los analistas económicos, los banqueros endiosados, los tertulianos abonados, los politiquillos de turno y, sobre todo, los "expertos". Ésos que saben tanto de todo y que, vaya usted a saber por qué oculto arcano, nadie sabe nunca quiénes son.

¿Existirán, los "expertos"? Un dilema al que ya no hace ni puñetera falta contestar. Para eso tenemos ahora La Economía no existe. Para poder mandar al carajo a los "expertos" y a sus eternas verdades. Después de leernos el libro, comprenderemos que esos "expertos" no pasan de ser curas de pueblo de los de hace tres siglos, lectores de bola de cristal, tarotistas de baraja Heraclio Fournier o sacerdotes amazónicos. Y también entenderemos que sus "eternas verdades" económicas pertenecen a la misma categoría científica que la danza de la lluvia, la sagrada comunión, el tótem de pino canadiense o las últimas declaraciones de Rouco Varela. Puras supersticiones, oscuras leyendas, secretos rituales y otras vainas todas paridas para acojonar y dominar al populacho. Es decir, para acojonarnos y dominarnos a todos nosotros.

Así que lean, lean La Economía no existe. Ríanse, disfruten y aprendan. Y luego, cuando se lo acaben, no crean que se termina la fiesta. No tienen más que ponerse a ver un canal financiero, un análisis de bolsa o una sección de economía de cualquier periódico... ¡Y verán que jartón de reírse! Ni el Chiquito de la Calzada viniendo en su caballo de Bonanza conseguirá que se descojonen ustedes tanto como el Financial Times o el Cinco Días.

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miércoles, 11 de marzo de 2009

¡AGRUPÉMONOS TODOS...!

¡COMPAÑERAS Y COMPAÑEROS! Hoy podemos apuntar un gran logro en la lucha de las Clases Trabajadoras contra la cada día más salvaje opresión a que los bancos y las grandes empresas nos someten. ¡La manifestación por el Empleo y la Protección Social convocada en el Puerto de Sagunto ayer fue TODO UN ÉXITO!


Más de seis mil personas nos unimos ayer tarde en las calles del Puerto, clamando como una sola
voz por los Derechos que recoge nuestra Constitución y que los poderes económicos y políticos nos niegan una y otra vez. Exigiendo medidas contra el galopante desmpleo que sufre nuestra comarca, medidas de protección de las capas sociales más desfavorecidas por esta crisis con la que los poderosos nos han maldecido y ahora nos quieren hacer pagar. Exigiendo el fin de los EREs injustificados, impuestos y chuleados, el fin de la espiral de destrucción de empleo en la que el Capital ha metido a todo el país, a todo el mundo...

Ayer dijimos, bien alto y bien claro muchísim@s trabajador@es de la Comarca del Camp de Morvedre, que de esta crisis no se sale con más rapiña y avaricia empresarial y bancaria. Ayer dijimos que de esta crisis se sale con Solidaridad, con políticas sociales y con una distribución equitativa de los recursos, controlada por toda la Sociedad, y no sólo por unos pocos poderosos oligarcas.

Toda la manifestación transcurrió en un tono solidario, fraternal, reivindicativo y UNITARIO por encima de todo. Unidad ante la crisis entre todas las Clases Trabajadoras, es lo que se necesita para poder hacer frente a los desmanes de los carroñeros capitalistas. Y Unidad se respiró ayer tarde en el Puerto de Sagunto.

Unidad que DEBE AMPLIARSE a todos los frentes sociales progresistas y transformadores, a todos los que quieren convertir esta Sociedad en una mejor, más solidaria, más racional, más respetuosa con el Medio Ambiente, en definitiva: UNA SOCIEDAD MÁS JUSTA. Esta Unión debe abarcarnos a tod@s: Sindicatos, grupos políticos, movimientos sociales, asociaciones de vecinos, y cualquiera que esté dispuest@ a mejorar este Mundo transformándolo en uno mejor, consiguiendo una Tierra en la que TOD@S PODAMOS VIVIR DIGNAMENTE.

Tras la victoria en la movilización de ayer, continuemos la lucha con redobladas fuerzas. Compañeras y compañeros, ¡AGRUPÉMONOS TODOS!







Nota: Estas imágenes han sido publicadas con permiso de su autora, Irene Beatriz Gonzalez. Podéis ver el resto del reportaje que la compañera realizó de la Manifestación en: http://www.flickr.com/photos/irene_gonzalez


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jueves, 5 de marzo de 2009

¡A LA MANIFESTACIÓN!


¡Por fin! En el Camp de Morvedre, una de las comarcas más castigadas por la crisis que nos han traído los banqueros, los grandes empresarios y los ruines especuladores... Y en el Puerto de Sagunto, una de las ciudades donde las Clases Trabajadoras han demostrado, siempre, su espíritu combativo contra la avaricia desmedida del Gran Capital... ¡Por fin! Tenemos ante nosotros la perspectiva de HACER ALGO. Algo que está, fácilmente, a nuestro alcance.

Tenemos la oportunidad de salir a la calle. Todos, todos los castigados por su crisis, todos los que, sin provocarla, la sufrimos día a día. Todos los que, sin recursos, sin trabajo, sin un duro, pagamos con nuestro esfuerzo sus desmanes económicos. Todos: Trabajadores, autónomos, pequeños empresarios, parados y en activo, en quiebra o ahogados, jubilados con la mínima, regulados, expedientados... ¡TODOS, COMPAÑEROS! Vayamos todos a la manifestación del próximo martes 10 de marzo, a las siete de la tarde en la Rotonda Ramón de la Sota, en el Puerto. Juntos, todos, haremos sentir nuestra presencia, nuestra fuerza, nuestro rotundo no al saqueo de los Fondos Públicos regalados por el Gobierno a los funestos Robanqueros. Hagámosles temblar en sus lujosos despachos, desde donde todavía se ríen de nosotros exigiendo el despido libre y gratuito, para "generar empleo". ¿Quieren despedirnos gratis para volver a contratarnos? Anunciémosles, todos juntos, que no toleraremos ni uno más de sus abusos. Que estamos aquí, y que vamos a luchar juntos por nuestros Derechos. Que vamos a luchar por una Sociedad en la que ellos no puedan volver a hacer quebrar al Mundo entero, como han hecho ahora. Que vamos a luchar por una Tierra en la que nunca más unos pocos puedan acumular tanto poder y egoísmo como para arruinar a la Humanidad entera. Gritémosles a la cara que, mientras ellos pelean por el ruin y miserable beneficio salvaje, nosotros luchamos por una vida digna para todos.

¡TODOS JUNTOS A LA MANIFESTACIÓN!

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miércoles, 18 de febrero de 2009

Ni puta idea

O ni puñetera, para los "políticamente correctos". Aunque, tal y como está el corrillo político, el que quiera ser correcto es más papista que el Papa. Corrupción por aquí, espionaje por allá, soplagaitez económica y social por acullá... Los menos correctos políticamente son los políticos. La mayoría. Los que se ven y se oyen. Así que, ¿por qué cojones tendríamos que ser políticamente correctos nosotros, los que sufrimos todos los días sus desmanes? En fin, ustedes mismos. Yo voy a lo que voy, que siempre acabo con digresiones.

Noticia publicada por El País el día 16 de febrero de 2009. Fresquita. Dice así el titular: "La compraventa de viviendas estabiliza su desplome en el 28%". Simple, sencillo, directo. Veinticuatro horas después, en el mismo diario, misma sección. Día 17 de febrero de 2009. Nuevo titular: "El desplome en la venta de pisos seguirá tras una caída del 29% en 2008". Chúpate ésa, marquesa, que la traen de fresa. Supercalifragilísticoespialidoso y tal. De un día para otro, los sesudos analistas económicos nos dicen primero blanco y luego negro. Y ya está. Se van a almorzar, que se lo han ganado.

El truco de prestidigitación, o el descaro absoluto de los medios de comunicación (como ustedes quieran llamarlo) tiene dos lecturas así, a bote pronto. Una: ¿A qué recontracuernos verdes están jugando? Tanto yo soy periodista, yo soy profesional, yo gasto los Pulitzer de mondadientes para acabar produciendo noticias como el que se saca los mocos duros de la nariz. ¿No se supone que un periodista, o mejor dicho, un periódico entero, debe contrastar lo que publica antes de imprimirlo y venderlo? ¿Es esto periodismo, es esto profesionalidad, merece esto un Pulitzer? Publicar una noticia para acabar cascando lo contrario al día siguiente no vale ni lo que el papel de un caramelo sugus reseco. Y nada de disculpen ustedes, miren, las prisas, la imprenta, la hora a la que abren los quioscos... Nada. Nos suponen tan tontos de baba que creen que no nos vamos ni a cuescar de la cagada. Lo que me preocupa es que lleven parte de razón en su desvergüenza.

Claro, que hay otra posibilidad. Segunda lectura. Los medios de comunicación suelen ser de alguien. Los medios de comunicación grandes suelen ser de alguien grande. No, no son de ningún jugador de baloncesto. Son propiedad de alguien, o álguienes, grandes en poderío, en parné, en plata, en billetes. Son propiedad de grandes empresas. Luego, dejando de lado el cuento de la independencia periodística, se publicará lo que al de los billetes le venga en gana. ¿Y qué puede apetecerles a un puñado de grandes empresarios sin escrúpulos en un momento de crisis como el presente? Pues aquéllo del refrán: A río revuelto, ganancia de pescadores. Así que, en lugar de informar sobre la catástrofe económica, pues lo que hacen es desinformar y crear más caos. Si es que cabe más despropósito en este maremagnum. Algo así, en plan: Joerrr, que malita está la crisis, qué chunga la economía, esto va cada día peor. Y entonces, plas. Por detrás. Los mismos grandes empresarios que poseen los medios de comunicación resulta que también poseen otras grandes empresas. Empresas como bancos, fábricas de coches, plantas metalúrgicas y otras enormidades por el estilo. Y, ante la preocupación y alarma que con sus propios periódicos y televisiones aumentan, nos lanzan por la puerta de atrás las "soluciones": Para frenar la crisis hay que abaratar el despido. Para frenar la crisis hay que financiar a los bancos con dinero público. Para frenar la crisis hay que joderse y ver cómo la gran banca se queda con la pasta de todos los españolitos para sanear sus cuentas, mientras las colas del paro alcanzan proporciones bíblicas. Marea, confunde y acojona, que algo queda. De algún modo hay que disimular la desmedida avaricia del Gran Capital por el beneficio. Vengan las vacas gordas o flacas, los capitalistas tienen que seguir ganando pasta. Y si tiene que ser enviándonos a todos al paro y quedándose con todo nuestro dinero público, pues que así sea. Pero que no se note mucho, no nos vayamos a mosquear los currantes. Y, con estos birlibirloques periodísticos en plan terror colectivo, desinformación y cortinas de humo, pues se nota menos que nos la quieren meter doblada y blanda.

Así que, compañeras y compañeros, para estar bien informados... Apaguen ustedes sus teles, espachurren sus radios y usen los periódicos para lo único que valen: Para limpiarse el culo.

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martes, 10 de febrero de 2009

Me lo explique

Hoy nos hemos enterado, de boca del Secretario del Tesoro gringo, un tal Timothy Geithner o algo así, del megasuperplan de reactivación de la economía que Obama nos tenía preparado. Resumiendo, el gobierno norteamericano pone encima de la mesa de 1'5 a 2 billones (con b de barbaridad) de dólares para que la cosita se anime. De los cuales, medio billón se destinan a recomprar activos tóxicos a los bancos, que después de sacarles beneficio ahora no los quieren. Pos bueno. Pos vale. Pos malegro. Este bombazo, que así de sopetón debería hacer saltar de sus tumbas a los muertos con fosa hipotecada y ponerles a bailar la macumba, pues parece ser que no ha sentado muy bien ahí en la Bolsa de Nueva York. Ni en ésa ni, por lo visto, en el resto de bolsas mundiales. Pos melosplique. Que alguien me lo explique, por favor, porque esto ya no tiene ni pies ni cabeza.

De manera y modo que llega el tío Barack y les dice a los banqueros que les va a cascar una descomunal cantidad de billetes verdes para que todos se alegren un poquito, billetes verdes que son de todos los americanitos pero que se quedan sólo unos poquitos banqueritos. Y van éstos y arrugan el morro, así con un mohín de asco, como si lo que Obama les estuviese dando fuera una sardinilla medio podrida con pan duro. A continuación bajan las bolsas en barrena, dada la "decepción" que ha supuesto la puesta en marcha del plan. Entonces, ¿qué quieren ustedes, oigan?

Con la pasta que el Emperador de Roma, uy, el Presidente de los Estados Unidos ha montado el chuliplan, se podrían pagar dos veces todas las hipotecas de España. Dos veces. Todas. Las nuestras, hipotecas pequeñitas de currantes, pero también las de ellos, hipotecas interplanetarias de los grandes empresarios del sector inmobiliario embarcados en macrooperaciones de compraventa y especulación de terrenos al por mayor. To - das - dos - ve - ces. Y va la bolsa y pica en bajada, "decepcionada".

Entonces, ¿qué necesitan ustedes, señores de los mercados de valores, para dejarse ya de rollos y lloriqueos y hacer algo? ¿Qué necesitan ustedes, señores banqueros, para limpiarse los mocos de las subprimes perdidas y aflojar el nudo con el que nos están ahorcando? Miren, la verdad es que no sé qué es lo que necesitan. Me importa una mierda lo que ustedes necesiten. Lo que sé es lo que se merecen. Ustedes se merecen que todos, todos los que hemos sido pisoteados, anulados, despedidos y arruinados por sus malas prácticas y su avaricia capitalista descontrolada, nos unamos y les borremos acto seguido de la faz de la Tierra. Porque el riesgo más grave que corre la especie humana en este mundo no es la capa de ozono, el calentamiento global o un meteorito descontrolado en plan Armageddon. No. La mayor catástrofe a la que estamos expuestos, y que acabará con esta civilización si no les frenamos antes son ustedes, especuladores y banqueros. Muéranse ya.

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martes, 3 de febrero de 2009

¡¡¡Cacerolada YA!!!

Sería imperdonable por mi parte no hacer eco de una propuesta de protesta tan interesante como eficiente, y sencilla de llevar a cabo como la que nos hace Mi Lectora, una Mujer valiente, luchadora, de acción y con mayúscula (que además es mi mujer, os jodéis, haber llegado antes). Ella nos propone lo siguiente:

Últimamente se me viene algo a la cabeza y no sé si estaré muy equivocada. Me refiero a que si tendremos que tomar como ejemplo aquella fuerte movida popular que tuvo Argentina en el año 2001. Ese pueblo, que se mantuvo en la pena e incertidumbre, producto de la incapacidad de sus gobernantes, los que permitieron la total libertad a los bancos, de hacer lo que se les venía en gana con el dinero de la gente.

Se me da por preguntar...¿No te dan ganas de coger una cacerola y salir a la calle, pararte frente a la puerta de algun banco a reclamar lo que se te está negando? O mejor dicho recordarles ese Artículo constitucional que se les olvida; ése que dice que "tenemos derecho a una vivienda digna" y todo eso...

Bueno, simplemente por curiosidad... ¿No te dan ganas de plantarte frente a algún edificio de un organismo oficial? Como lo hicieron esos argentinos hartos de tanta estupidez cometida por esos "dirigentes" de turno, por llamarlos de alguna forma. Si no es necesario ir tan lejos para tomar como ejemplo y hacer pública de una vez esa indignación que se nos acumula día trás día, mira aquí cerca nada más, Francia ya salió a la calle.

Y me sigo preguntando... ¿Hasta cuando? ¿A qué esperamos? ¿Debemos dejar que nos hagan esto?

Despierta España de una vez por todas... Que si soy capaz de levantarme de la cama un domingo para ver un partido de Rafa Nadal, o ahora que estoy en el paro con mayor razón aún. Vecino, ¿crees que no te acompañaría cacerola en mano o a grito pelado para reclamar y expresar mi descontento? Yo me apunto y el que quiera que nos siga... Ahora pregunto... ¿Vienes conmigo, compañero? ¿O prefieres irte al bar con tus colegas a seguir llorándoles tus penas?

Te lo dejo picando... O sea, reflexiona y piénsatelo... Wue yo te espero en el portal cacerola en mano.

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viernes, 30 de enero de 2009

Una de cal...

...Y un camión de arena para enterrarnos en nuestra fosa. Porque, a estas alturas de crisis, de una crisis que ningún experto parece saber de dónde vino, de una crisis que ningún marisabidillo encorbatado con máster MBA superchulo parece saber muy bien cuándo y cómo acabará... A estas alturas de crisis algo, por lo menos, ya vamos sabiendo. Y es, precisamiente, quiénes somos "nosotros" y quiénes son "ellos" enmedio de todo este desbarajuste. Nosotros somos los trabajadores asalariados, los parados, los autónomos, las pequeñas empresas y algunas de las medianas. Nosotros somos los que estamos sufriendo y pagando la crisis. Ellos son los bancos y las grandes multinacionales especulativas, los que manejan el dinero, el capital. Con toda esa guita que controlan, no crean empleo y riqueza para "todos". No, manejan la pasta para crear exclusivamente su propio beneficio. Avariciosamente, caiga quien caiga. Nosotros, y ellos.

En éstas andamos, aclarándonos con los pronombres personales del caos económico, cuando va y sale el sicario namber guan de Solbes, nuestro Zombi - Verdugo Ministerial de Economía. Sale un tal David Vegara en el diario haciendo unas declaraciones que no tienen desperdicio. Dejando muy clarito dónde se siente él más a gusto, si entre "nosotros" o entre "ellos". Pasen y vean...

Empieza el acólito de Solbes diciéndonos que el gobierno no puede obligar a los bancos (a ellos) a concedernos créditos a nosotros por decreto ley. Ah, ¿no puede? Pues su gobierno sí ha podido dejarnos a nosotros con el culo al aire ante el despido libre de trabajadores, la indefensión de los autónomos y la falta casi absoluta de ayudas económicas a la pequeña empresa. Y todo por decreto ley. A ellos no les meten decretazos, pero a nosotros sí.

Sigue don David diciéndonos que "confía" en que la situación se reconduzca a niveles normales. Y eso nos lo dice todo un Secretario de Estado de Economía. Que "confía", dice el tío. ¿Pero qué es usted, señor Vegara? ¿Un Secretario de Estado que puede y debe tomar medidas para detener este despropósito, o un ignorante chamán del Paleolítico ofreciendo sacrificios humanos sobre una piedra para que la cosecha del año sea buena?

No se vayan todavía, que aún hay más. El señor Secretario continúa rajando que, hasta ahora, ¡no se ha observado un descenso del crédito! Quizá se refiera a que ese descenso no se ha observado en el cuarto anillo de Saturno. Porque lo que es aquí, en la Tierra, ese descenso del crédito lo hemos sufrido todos y cada uno de nosotros. Cantidad de créditos para coches rechazados, cantidad de solicitudes de hipoteca pateadas, cantidad de líneas de crédito y débito de pequeñas empresas eliminadas de un plumazo... Ellos nos han cortado el crédito, a machetazos. Y nosotros, a estas alturas ya no tenemos ni cómo pagar el sitio para caernos muertos. Menos mal que, a renglón seguido, el infame sicario ha admitido que "hay empresas y familias que tienen más dificultades para acceder al crédito". Así, como si fuesen cuatro y él los conociera. Oiga, que parados hay tres millones largos, sin crédito. Que la concesión de hipotecas ha descendido en un noventa por ciento. Que, si cualquier pequeña empresa acude a su banco o caja a preguntar por eso de los créditos ICO del espléndido Plan E del Petazeta, lo más que consigue son unas cuantas carcajadas sin intereses. Y vuelva usted mañana.

Para rematar la faena, no se le ocurre nada mejor que hablarnos del final de la crisis. Y dice que para fin de año, "veremos la luz al final del túnel". Efectivamente, eso es lo que veremos la mayoría de nosotros. La luz al final del túnel es lo que se ve cuando la palmas, ¿verdad, David? Ellos, lo que verán será aumentar como todos los años sus cuentas de beneficios. Este año, en plena crisis, el Santander pilla ocho mil ochocientos millones de euros. El BBVA, cinco mil y pico. Nosotros pillamos la cochina calle, la cola del paro y la ejecución de la hipoteca. Gracias por los ánimos, Vegara, chavalote. Todo un amigo. A modo de puntilla, nos recuerda lo que han subido los niveles de incertidumbre económica últimamente. Claro, la incertidumbre que ellos han creado haciendo lo que les ha salido de los huevos, la incertidumbre que ustedes han permitido no controlando una mierda de lo que ellos hacían, y la incertidumbre que nosotros, sólo nosotros, sufrimos con el paro galopando desbocado y la hipoteca que se nos come hasta la chapa oxidada de la nevera.

Así que, señor Vegara, insisto. Sus declaraciones no tienen desperdicio. Bueno, sí, un poco sí que tienen. El único desperdicio que tiene su discursito es, precisamente, usted, señor Vegara.

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miércoles, 28 de enero de 2009

Eminencia

Buenas tardes, Eminencia. Que es usted una eminencia, además de Cardenal, Obispo y Presidente. La hostia en verso. Don Antonio María Rouco Varela. Estaba yo esperándole desde hace días. Se me retrasaba usted. Y me extrañaba un mazo. Días esperándole, esperando a que abriese esa boquita que tiene. Esa boquita en la que, por no saber cerrarla, no es que entren ya moscas por enjambres. Es que le caben portaaviones enteros. La Sexta Flota Gringa le cabe a usted ahí dentro. Total, que no podía fallarme, señor Obispo. Le tengo a usted mucha fe, aunque sea yo más ateo que una piedra. Le tengo fe por esa boquita que usted se calza y por ese fascismo integrista y fanático que destila en su mirada de pecador irredento que ardería en el Infierno. Si es que el Infierno existiese. Que no existe.

Porque ya está bien, señor Obispo. No sé cómo andará la cosa por otros hemisferios, latitudes y religiones. No soy tan viajado, que la hipoteca es una cadena corta y pesada. Pero es que aquí, en el Glorioso Occidente Cristiano y más en la católica España, la Santa Madre Iglesia nos lleva fritos desde hace más de mil quinientos años. Exactamente mil seiscientos veintinueve, cuando al malhadado del emperador Teodosio le dio el simún de hacer al Cristianismo religión oficial de Roma. Que si lo viera ahora por la calle le mancaba un soplamocos con la mano abierta. Vaya cagada que te marcaste, nene. Abrir la puerta sin preguntar quién es. Y todos entrando en tromba. El Papa y sus amigos los cardenales, seguidos de los obispos, los curas y hasta los monaguillos cantando avemarías. Revoloteo de sotanas, golpes de báculo, cuidado Manolo aguanta que se te cae la mitra, ojo Pepe que me pisas la casulla de los domingos... Y entraron hasta la cocina. O sea, que en nuestra maltrecha piel de toro, la Iglesia ha formado parte indisoluble del Estado desde hace más de milenio y medio. Lo cual, a los efectos, quiere decir que si eres español eres católico, la religión la llevas de fábrica. Y te jodes, haber nacido en Tasmania.

Así fue hasta que, en mil novecientos setenta y ocho, tuvimos nueva y flamante Constitución Española. Que, en su artículo 16, punto 3, declara que ninguna confesión tendrá carácter estatal. Con esto se desvinculaba, por fin, la Iglesia Católica y el Estado Español. Ya podíamos los españolitos hacer lo que se nos viniese en gana con nuestra fe o falta de ella. Y, tras treinta años de carta magna, todos nos la tenemos más que requetesabida. Todos la respetamos, la conocemos de pe a pa, somos superdemocráticos y architolerantes. Entonces, ¿por qué mierda arma usted tanto revuelo por unos cochinos carteles que un puñado de ateos cuelgan en el bus, Eminencia? ¿No puede una ateo decir que lo es sin que le lluevan las hostias de canto? ¿O qué hacemos? ¿Nos creemos la Constitución, nos ciscamos en ella, la manipulamos cuando nos conviene y la olvidamos cuando no? ¿Qué pasa aquí?

Pues pasa que a la católica, apostólica, romana y españolísima Iglesia le ha venido muy mal eso de verse separada del poder estatal, tras tantísimos siglos de chupar del bote. Pasa que a muchos jerarcas eclesiásticos les ha sentado como una patada en la tiara eso de no pesar lo mismo que un ministro. Acostumbraditos como estaban a mangonear en las más altas esferas del régimen. Usted, por ejemplo, don Antonio María. Frustración que tiene de no haber llegado a tiempo. A tiempo de aguantarle el palio al Generalísimo cuchicheándole consejos al oído. Consejos como el que se permite dar a las autoridades, pidiendo que nos "tutelen" la Libertad de Expresión.

¿Pero es que no se da cuenta usted, maldito engendro abyecto vomitado de las profundidades del Averno? ¿Tanto hace que olvidó las Sagradas Escrituras? ¿No se percata, señor Rouco, de que al mismísimo Jesucristo las autoridades también le "tutelaron" la Libertad de Expresión? Se la tutelaron los equivalentes de la época. Es decir, el Imperio Romano, representado por Poncio Pilatos, y el Gran Sanedrín, el consejo de sacerdotes de Israel, comandado por Caifás. El Estado y la Iglesia. El Estado y la Iglesia, señor Rouco. La fuerza y usted. Como a usted, a Caifás no le venía bien que deambulara suelto por ahí un tipo con greñas y ropa de pobre que andaba cuestionando la fe establecida. Como usted hace hoy, Caifás reclamó a Pilatos que se le tutelara la Libertad de Expresión a Jesucristo. Y fíjese, fíjese si se la tutelaron bien, que lo acabaron torturando, crucificando y haciéndolo morir entre horribles tormentos. A eso lleva la "tutela" de la Libertad de Expresión, Eminencia. Caifás, que es usted otro Caifás.

Así que, señor Obispo, mire usted a ver si puede hacer un esfuerzo. Aprenda un poco de la vida de Jesucristo. De una puñetera vez, que ya va siendo hora. Hostia.

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sábado, 10 de enero de 2009

Anarquía

Ostras primo, qué miedo. Corre, que vienen los anarquistas. La chavalada convertida en horda salvaje, ocultándose tras anónimos pasamontañas, blandiendo cócteles molotov, transformando contenedores en pebeteros olímpicos rodando calle abajo, jugando a los patitos de feria con nuestras fuerzas y cuerpos de seguridad del estado... La Anarquía, señoras y señores radioyentes, se adueña de las calles en Grecia. Y están aquí al lado, que la chimenea del Partenón se ve desde la punta del Pirulí. O Torrespaña, así en castizo patrio. Descontrol, violencia, saqueo, destrucción, tinieblas, barbarie. Y más cosas feítas. Roguemos, conciudadanos. Supliquemos a nuestros gobiernos que hagan lo suyo, que nos gobiernen y nos protejan de la apocalíptica plaga anarca que se extiende cual virus de peli americana. Queremos control, seguridad, propiedad, desarrollo, luz y civilización. Y eso es lo que nos dan nuestros gobiernos y nuestro sistema. ¿O no? Veamos, veamos...

Control gubernativo, frente al descontrol anarquista. Evidentemente. Ha quedado claro, pero meridianamente diáfano que nuestra clase política nos asegura una firme dirección de los asuntos que nos afectan. Sobre todo, comprobando las causas de la hipercrisis galopante que está dejando al mundo mundial hecho un trapo de limpiar inodoros. Control firmemente ejercido sobre la caterva de entidades financieras que han robado a manos llenas vendiendo paquetes de inversión con hipotecas basura, comprados con los fondos de pensiones de millones de trabajadores a lo largo y ancho del globo. Control duramente aplicado sobre sociedades de inversión que vendiendo sellos, bulas papales o roscones de reyes han dejado sin un duro a puñados de pequeños ahorradores. Control férreamente practicado sobre el tráfico de capital en las bolsas, donde se han generado enormes cantidades de dinero especulativo sobre negocios que acaban estallando como burbujas y llevando a la ruina y al paro a infinidad de trabajadores. Control implacablemente desempeñado sobre los grandes depredadores bancarios, que reciben financiación pública para evitar males mayores y lo celebran arreándose vacaciones paquete lujo asiático en hoteles siete estrellas. Como vemos, nuestros equipos de gobierno nos garantizan control. Tanto como el que da un pederasta vigilando la puerta de un colegio.

Planificación estatal y orden capitalista frente al desgobierno libertario. Prueba de ello son las prácticas globalizadoras que las grandes empresas aplican con el beneplácito de las clases mandatarias. Llegan aquí y montan un negocio con todas las subvenciones habidas y por haber, siempre con dinero público. Contaminan el medio ambiente, también público, para lo que no piden subvención porque es gratis. Patean los derechos de los trabajadores, consiguiendo de los gobiernos leyes y reglamentos que dejan al borde de la extinción el trabajo estable. Hacen que la expresión "salario mínimo" sea una verdad como un puño que golpea todos los fines de mes. Observan que al otro lado del mundo todo este tinglado aún les sale más barato... Pliegan y se van. Producen allí para vendernos aquí. Pero, ¿con qué compraremos aquí lo que ellos producen allí, si aquí ya no hay trabajo? Bueno, pues nos venderán allí lo que produzcan allí. Pero, ¿con qué compraremos allí? ¿Con un jornal de a dólar diario, explotación infantil incluida? Estupenda planificación estatal, soberbio orden capitalista. Desmierde generalizado que no lleva a otro lugar que al caos.

Seguridad gubernamental contra violencia ácrata, propiedad ante saqueo, desarrollo sobre destrucción. De eso podrían hablarnos, si no estuviesen muertos, los cientos de miles de africanos que palman todos los años de las maneras más atroces y estrafalarias como efecto directo de la guerra. De la guerra que provocan, azotan y financian las grandes multinacionales capitalistas en su desmedido afán de explotación de recursos naturales. Léase coltán, oro, diamantes, petróleo... Petróleo. De eso saben un rato también los iraquíes, que les han dejado el país del revés buscando armas de destrucción masiva a base de tanques y bombarderos para acabar diciendo que no, que oigan, miren, disculpen ustedes. No había armas de ésas, pero ya que estamos aquí y nos hemos cargado a la mitad del pueblo de Irak, vamos a emplear a la otra mitad para enlatar petróleo en barriles. Ah, y luego nos los llevamos. Vean más ejemplos en la sección de internacional de cualquier periódico. Salen todos los días con nuevos casos similares. Lo último, Palestina. La prueba de que la Memoria Histórica del Estado de Israel es inferior a sesenta años, y de que los estados garantizan la seguridad y la integridad física de la especie humana, aunque sea del género palestino. Una prueba aplastante.

Así que primo, comprendo que te dé miedo la anarquía. Pero que no te líen con unas tantas botellas ardiendo y otros cuantos neumáticos humeando. La anarquía terrible y tenebrosa, la violenta y destructiva, la bárbara, no es la del Movimiento Libertario. Es la del Estado aliado con el Gran Capital. Compara un cubo de la basura incendiado con un planeta asesinado. Qué miedo da la anarquía, ¿verdad primo?

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martes, 16 de diciembre de 2008

Tontos de los cojones

Literalmente. Para qué cambiar ni una letra de sitio. Y es que hay veces en las que el iluminado de turno te regala hasta el título del artículo. Y, si son, como es el caso, atrevidos en su burrera, te ponen en las manos el poste, la leña y el mechero para encender su propia hoguera. Vamos con el titular. Con la Frase, mayúscula y todo. Pedro Castro se pregunta: ¿Por qué hay tanto tonto de los cojones que todavía vota a la derecha? Y, desde el primero de Diciembre, día en que a este individuo le dio por reflexionar en voz alta, resulta que nadie le ha contestado. Muchos han sido los que se han rasgado las vestiduras, se han mesado los cabellos, han exigido su dimisión, sus disculpas, su fusilamiento y hasta su bono de alquiler del videoclub. Pero miren, de explicarle al atormentado alcalde por qué hay aún tanto tonto de los cojones que sigue votando a la derecha, de eso nada. Pues vamos a satisfacer su anhelo de saber. Que el saber no ocupa lugar, ya saben. Y últimamente, aún ocupa menos. Casi nada. Sólo hay sitio para el fumbo.

Se deduce de la afirmación del señor Castro que, para él, en este país hay organizaciones políticas de izquierda y de derecha. Limitemos un poco el espectro de partidos, plataformas, juntas, asociaciones y peñas que pueblan nuestro abanico de opciones electorales, por no complicar la cosa. Por eso y porque, para el también limitado contenido del cráneo del señor Castro, en España la izquierda es el Pesoe y la derecha el Pepé. Vale, vale. Aceptamos barco como animal acuático. Sirva de hipótesis.

Ahora bien, de la reflexión -o irreflexión- verbal del alcalde de Getafe se extraen, necesariamente, más hipótesis que le han llevado a tal pregunta - afirmación - cagada blanda. Una de ellas es que hay dos formas de hacer política. Dos formas enfrentadas. La de izquierdas y la de derechas. También hay, y cito "tanto tonto de los cojones que todavía vota a la derecha". Es decir, que votan contra sus propios intereses. Porque son tontos de los cojones. Y además hay muchos, siguiendo lo que expresa el adjetivo "tanto".

Bueno, de lo que hay mucho en este país es de trabajadores. En activo y en el paro. Los parados ganando terreno a los activos. Pero en resumen, que de lo que más tenemos es de la especie currante. Luego hay un buen capazo de jubilados con pensiones mínimas. Pero mínimas, lo que se dice mínimas. Vamos, una mierda de pensiones tras una dura vida de curro, o un duro curro de vida. Pues eso es lo que les toca. Un duro (o dos) de pensión. También tenemos por ahí a los estudiantes, en su gran mayoría hijos de familias de trabajadores (por necesidad estadística) que no pueden permitirse educación privada de pago y a los que les tocaría abandonar su formación si mami y/o papi se quedan en fila india a las puertas de la Oficina de (des)Empleo más cercana. Estos tres grupos sociales son lo que más abunda por aquí. Abundan más que el perejil en un mercadillo, o que la usura en una hipoteca.

Se desprende, de las declaraciones del ínclito Presidente de la Federación Española de Municipios y Provincias, que muchos de los de arriba, currantes - paraos, jubilautas y educandos, votan a la derecha (al Pepé) porque son "tantos", muchos. Se entiende también que, al ser tontos de los cojones, lo son porque votan contra sus propios intereses. Veamos algunos de los intereses de esta gente tonta de los cojones.

A los trabajadores les interesa tener un puesto de trabajo estable y bien remunerado. Obvio. Pues el Pesoe (la izquierda para Castro) fue el partido político pionero en el asalto a los derechos de los curritos. Fueron ellos, capitaneados por Dios, uy ésteee, Felipe González, quienes se cargaron a base de decreto el trabajo fijo para sustituirlo por decenas de tipos de contrato basura que sirven para "flexibilizar el mercado laboral". Es decir, tirarte a la puta calle cuando a la empresa le salga de los cojones empresariales, y por dos chavos mal contaos. Además, malparieron en junio de 1994 las aciagas ETTs. Pero los amigachos del Pepé (la derecha para Castro) no se les quedan a la zaga, continuando golpe a golpe, ley a ley, la "necesaria" flexibilización con más facilidades para el despido barato, el desmantelamiento de empresas y la patente de corso para las Temporales con, por ejemplo, el alumbramiento del monstruoso Convenio Colectivo para las Etetés o de la ley 29/99 en la que, poco más o menos, se les decía: Hagan ustedes lo que quieran con los trabajadores precarios que enganchen. Barra libre.

La situación de los sufridos jubilados es vox populi e invariable desde hace lustros. Voten a quien voten (izquierda, derecha, Pepé o Pesoe) siempre consiguen lo mismo: Bocata y viaje de autobús gratis al mitin que les caiga cerca cuando toca elecciones. Para los siguientes cuatro años de legislatura, unos eurillos más de vergüenza en sus pensiones, por debajo de la subida anual del IPC real, muy por debajo de sus mínimas y dignas necesidades e infinitamente por debajo de los aumentos de sueldo que los políticos (tanto de derecha como de izquierda) se aplican a sus ya abultados salarios.

Los estudiantes, pues... Qué contar de la LOGSE que ustedes no sepan ya. Como por ejemplo el descarado desvío de fondos públicos hacia los centros de educación privados. Privados, caros y excluyentes. Elitistas. Centros de educación que no puede permitirse una familia de gente trabajadora. Que resulta que son, también, la mayoría de tontos de los cojones que todavía vota a la derecha. Fondos que, al quedarse en manos privadas, ya no recaen en el Sistema Público de Educación, y que reducen en proporción directa la calidad de la Pública contra la Privada. Pues la LOGSE nos la enchufaron los del Pesoe en 1990. Los del Pepé, no contentos con la destroza, se sacaron del bigote de Aznar la Ley Orgánica de la Calidad de la Educación (LOCE), allá por 2002. Es decir, más de lo mismo y la misma mierda pinchada en otro palo. Y ahora, de nuevo, los del Pesoe se marcan la LOE (simplemente Ley Orgánica de la Educación, para qué gastarse con detalles), que es, otra vez, financiar educación privada y discriminatoria con fondos públicos. Con dinero de todos. De todos los tontos de los cojones que todavía votan a la derecha.

Así que, contestando al señor Castro y despejando su atribulada duda, ¿por qué hay tanto tonto de los cojones que todavía vota a la derecha? Pues porque resulta que aquí no hay izquierda y derecha. No, señor Castro. Aquí hay derecha y derecha. La derecha del Pepé, y la otra. Su derecha, la del Pesoe. Así que, si resulta que va uno de los tantos súbditos que pueblan este país y quiere ejercer su derecho al voto, no tiene más cojones que transformarse en un tonto de los cojones. Cojones. Y es que aquí no hay cojones de votar a la izquierda. ¿Por qué? Pues porque no hay izquierda. Señor Castro. Cojones.

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jueves, 11 de diciembre de 2008

Conspiración

Pues no sé ustedes, pero aquí el que suscribe no tiene ni idea de cómo serán. Esos salones, tapizados con pieles de animales en peligro de extinción. Esos despachos, forrados de madera noble en formato mueble caro. Esas salas de juntas, con vistas espléndidas al mundo entero. Esas oficinas, situadas en última planta de rascacielos con diseño de arquitecto prestigioso y decoración de interiorista exclusivo. Ni idea, ya les digo, porque jamás he pisado lugares así. Pero si les da a ustedes, como a mí, por atar alguno de los cabos con los que la jodida crisis nos fustiga el lomo, quizá se los imaginen. Y quizá vean en sitios como ésos a unos cuantos hijos de la gran puta montándoselo para sacar más tajada de la que normalmente ya apandan. Que es mucha. Y, entre humo de puros y copas de brandy, los tíos sentando las bases de la plaga que vendría. La que ya está aquí. Enviando trabajadores al paro, a la ruina y a la calle. Conspirando, mientras disfrutan de tanto lujo asiático, para ajustar la llave y dar otra vuelta de tuerca. Que esto ya está maduro. Hala, vamos a segar. Conspiremos.

Cui prodest scelus, is fecit. Toma castaña. Lucio Anneo Séneca. Esto del Google es la hostia, menos mal que aún no han chapao la paraeta ni se han montado un ERE subiéndose a la ola de lo que ahora mola. En román paladino, el latinajo dice que a quien aprovecha el crimen, ése es su autor. Y a quién aprovecha todo este desmierde de cierres, despidos, miserias y rebajas adelantadas. Ustedes me dirán. Tanta locura, tanto drama, tanta desgracia sobrevenida, tanta depresión post paro, tanta hipoteca ejecutada... ¿Realmente hay alguien, o álguienes, a quienes esto les sirve? Pues sí. Manda huevos. Ésta es de Trillo, no de Séneca. Pero sí, eso, que sí. Que les aprovecha. Y que manda huevos, reitero.

En este país, la crisis, además de llevar nombre y apellidos, se adorna con mote. Los primeros ya los conocemos: Escasa liquidez, bajada de ventas, paro y vuelta a empezar. Pero el apelativo cariñoso con que aquí llamamos a la crisis es sólo nuestro: Edificación. O Sector Inmobiliario, o Construcción, o como mierda quieran llamar ustedes a ese negocio borracho con el que la economía española andaba sobrerrevolucionada. Negocio borracho que ahora ha muerto, casi literalmente, por coma etílico. Hace ya más de dos años que la gran cagada se veía venir. Los precios subían más rápido que un cohete de feria. Los precios del terreno, de los materiales, de los metros construidos. Los de la mano de obra no tanto, que para eso ya se usa de siempre a los trabajadores sin papeles. Los bancos, mientras tanto, te veían pasar por la puerta y te obsequiaban con una hipoteca acompañada de su correspondiente juego de toallas. Con tal panorama, hasta un tontorrón con pintas se hacía promotor de la noche a la mañana. Hola, chaval, ¿cómo estás? Pues ya ves, que me he hecho promotor. Hostias, ¿pero tú no te dedicabas a robar cobre? Sí, pero más o menos es lo mismo. Mira qué pedazo mercedacos me he trincao con la primera certificación del banco. Y sin poner un ladrillo.

Total, que en ese plan andábamos. Entonces, el personal que ocupa los salones, despachos, salas de juntas y oficinas donde se fabrica el poder, empezó a escandalizarse. Oye, Emilio, ¿no te parece que aquí corre demasiado la pasta? Pues sí, Paco. El dineral que estamos dejando de ganar nosotros con tantos constructores, promotores, agentes de la propiedad inmobiliaria y anteneros sueltos que hay. Vaya, ya te digo. Y además, cualquier soplagaitas que tiene un solarcito se cree Sátrapa de Egipto, y pide un potosí y medio por metro cuadrado. Pues para acabarlo de arreglar, no te pierdas los de Metrovacesa, Llanera, Martinsa, Colonial... Están creciendo más que un tumor en Vandellós. Puaf, y los tenemos menos controlados que al Triqui en la fábrica de galletas Fontaneda. No, Fontaneda no, que quebró. Ay sí, bueno, pues ponle Bekelar. Vale, pues qué hacemos. Porque algo hay que hacer, no vamos a dejar que estos indocumentados nos saquen la viruta de las zarpas. Pues no. Pues eso, que no.

Ya tenemos la trama servida. Rapidito, que se enfría. Y, a partir de este punto, el plan es tan sencillo que asusta. Acojona profundamente. Partiendo de una premisa básica, la trama cae como pera madura. El abecé de cualquier presidente de banca internacional que sepa hacer la o con un canuto. Y cuál es la premisa, dirán ustedes. Sencilla: hace dos años, todo cristo estaba ya hipotecado hasta los pelos de las orejas. Y todo cristo eran, también, y por encima del resto, las grandes constructoras - promotoras no controladas por las corporaciones bancarias. Es decir, que mientras los créditos con los que las constructoras habían crecido siguiesen siendo mantenidos por la banca, aquí no había problema. Pero ojo: en cuanto los bancos dijesen cuidadín, hasta aquí, ahora voy y no te renegocio la financiación porque no me sale de los huevos y porque te huelen los pies... Pues, plaf. Tropiezo. Coscorrón. Piñazo en toda regla. En otras palabras, que desde hace como mínimo dos años, la banca tenía en sus manos la continuidad de las grandes promotoras y constructoras de este país. Y a la banca, como es natural, tenía que hacerle maldita la gracia observar cómo la peña constructoril, promotoril e inmobiliaril se hinchaba a ganar dinero en plan euromillones del caribe. Mientras ellos se limitaban a recaudar intereses de préstamos. Muchos intereses, de préstamos grandes y pequeños, pero intereses. ¿Y los pingües beneficios de la Construcción? ¿Para los constructores? No señor, hasta ahí podíamos llegar. Nos los quedamos. También.

Resumiendo y sencillito. Conspiración por pasos. Uno. Nos echamos al rollo de las crisis sub-prime de los gringos. Para eso tenemos periódicos, pa' espantar al personal. Dos. Una vez creado el ambiente adecuado, reducimos paulatinamente las facilidades con las que damos pasta. Estrangulamos el mercado inmobiliario. Poquito a poco, que no se vaya a notar. Tres. Paciencia, que a final de año llega el momento de renegociar los préstamos. Ahí les diremos que no, tanto a grandes como a pequeños. Total, estamos en crisis, quién va a protestar. Y qué mejor manera de paralizar la venta que negando hipotecas a los curritos. A ver quién es el guapo que se compra una casa si yo no quiero. Que soy el banco, coño. Cuatro. Sin cacaos caen todos, los grandes y los pequeños constructores. Cinco. A los pequeños los dejamos morirse, que aquí ya son muchos los que construyen, compran, venden y especulan. Se acabó el menudeo inmobiliario. Seis. Cuando las grandes constructoras nos lloren asfixiadas porque les falta nuestro dinero, lanzamos la contraoferta - solución a su quiebra. Y les cambiamos deuda por acciones. Y vualá, que dicen los gabachos. Matamos dos pájaros de un tiro. Reventamos a los chicos y nos quedamos con dos o tres grandes. Siete, y final de partido: Tenemos en nuestras manos todo el sector de la Construcción de este país. Todo, todo y todo. Todo pastel que se precie tiene su guinda. Y la del que nos ocupa es que, a base de lloros y lamentaciones, a fuerza de repetir un banco tras otro que no hay dinero para prestar, el gobierno de la Nación pone una fotracada de billetes a precio de risa en manos de Emilio, de Paco y de sus amigos para que sigan prestándolo más caro y reactiven la economía que ellos mismos se han cargado. Espectacular.

¿Dudosa, la conspiración? Ahí van unos pocos datos para sospechar. Uno. Desde hace unas semanas, ya hay varias grandes constructoras que están en manos de los grandes bancos (Metrovacesa, Colonial, Martinsa...). El paso se ha dado tan discretamente, que en los periódicos has de buscar la noticia con lupa. Y en la tele, por supuesto, ni sale. Dos. Que se sepa, los bancos con sede en este país, los de aquí por resumir, no han experimentado grandes pérdidas con esto de la puta crisis. Vamos, que siguen dando beneficios a mogollón. Cualquiera diría que este empastre no les afecta, o incluso que hasta se lo esperaban... Y tres. Efectivamente, la lista de pequeños promotores, constructores y, en especial, trabajadores de la construcción que en estos momentos están en la cola del paro o, directamente, comiéndose los mocos duros es ya más larga que la lista de los reyes godos.

Complot ejecutado. Conspiración conspirada. El negocio inmobiliario y sus beneficios en manos de los bancos. Sólo queda reactivarlo con los millones baratos que el gobierno les prodiga. Ah, y tres millones de parados, camino de cuatro. El país, hecho un descampado estéril, sembrado de cadáveres haciendo cola en el INEM. Pero no se preocupen, no es tan dramático. Hagan como en las guerras de ahora, que los muertos dejan de tener nombre, cara y familia cuando se les llama "daños colaterales".



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miércoles, 3 de diciembre de 2008

Vete a casa, Celestino

Le toca el turno a Corbacho, y es que esto de la crisis es un sinvivir, oiga. Señora. Celestino Corbacho, Ministro de Trabajo. Y futurólogo agorero, por lo que se ve. En titulares de hoy, este individuo se queda solo diciéndonos que "será difícil ver a gente trabajando" hasta marzo. Joder. Cómo se te queda el cuerpo. Currante. Parao. Currante que serás parao. Parao que quieres currar. La hipoteca a puntito de explotar. El banco agazapado, afilando sus sangrientas garras para saltar sobre tu yugular, tu casa, tu nómina y tu carné de socio Carreful diez por ciento de descuento. Bueno, y sobre las de tus jubilados padres, jubilados suegros y todo hijo de vecina que figure de avalista, junto a tu nombre y deneí. En éstas, aparece ese hombre. Corbacho. Abre la cartera ministerial... ¡Y plas! Nos saca unas declaraciones capaces de dejar el Sahara hecho una nevera no frost. Que no me corre sangre por las venas, que son cubitos. Unas cuantas pijadas más para adornar oratoria, cierra la cartera... Y se va.

Mire usted, señor Ministro. De Trabajo. Se lo pido por favor. Quédese en su casa. O en su despacho de señor Ministro. De Trabajo. O en su coche ministerial, también de Trabajo. O en su inodoro, sea de trabajar o de cagar, que más o menos, hace usted ambas cosas igual, el trabajar y el cagar. O, al menos, con los mismos resultados. Porque, se lo juro, para salir ahí a los medios y decirnos a todos que nos jodemos hasta marzo, mejor se calla. O se cambia usted de cartera, y se pone a mandar en el más coherente Ministerio del Paro y del Cásquesela con Dos Piedras. Porque lo que usted nos está diciendo, señor Corbacho, es eso. Que su Ministerio es absolutamente inútil. Su trabajo al frente del asunto, lo mismo. Y es que, recuerde usted, señor Ministro, que el artículo 35 de la Constitución Española dice que "Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo". Ya ve. Tres líneas constitucionales mal contadas. Pues ni una, oiga. Ni una sola de las palabras del articulado son usted y sus adláteres carteriles capaces de garantizarnos a los españoles, esos españoles que tenemos el deber de trabajar y el derecho al trabajo.

Pero no seamos tan duros y analicemos un poco más profundamente. Poco, que si abusamos luego nos duele la cabeza y dejamos de ser productivos. Y nos tiran del curro. El deber de trabajar y el derecho al trabajo, no está realmente en sus manos ni en su chulicartera el administrarlos. No. El trabajo, el poder de darlo y arrebatarlo, está en manos de unos pocos, unos pocos señores llamados "empresarios", "accionistas", "banqueros", "ejecutivos con MBA" y algún otro hijo de puta de la misma o peor ralea que me dejo en el teclado por no abundar. Ésos son los que cortan el bacalao del curro. Ésos son los que dicen tú trabajas, tú a la cola del INEM, tú a tomar por culo y tú sin papeles. Las reglas de estos poderosos desalmados no son las del articulado de la Constitución. Son las del "libre mercado". Uy, otra vez. El "libre mercado" en el que ni usted ni sus compinches quieren intervenir, regular, controlar ni, por favor, molestar su natural funcionamiento. Si es que puede considerarse "natural" que, existiendo grandes necesidades humanas en este mundo, tres millones de personas se vean obligadas a quedarse de brazos cruzados sin hacer nada por solucionarlas. Porque el esfuerzo de esos tres millones no se requiere para mejorar las condiciones de vida de la Humanidad. No, el esfuerzo de los trabajadores es requerido, a discreción de empresarios, accionistas, banqueros, ejecutivos y escorias similares para producir be-ne-fi-cio privado para sus sociedades privadas. Y, cuando ese esfuerzo no les resulta necesario (o estratégicamente conveniente para desbloquear la actual situación económica mejorando el cash-flow y dinamizando la cuenta del haber, que dirían esos mismos lechuguinos), cuando el esfuerzo de los trabajadores les sobra, pues quedan en España tres millones de personas con su artículo 35 de la Constitución en suspenso. En la puta calle. O sea.

Así que, señor don Celestino Corbacho. Sea usted coherente. Siendo que el devenir del "libre mercado" le ha arrebatado a su Ministerio la capacidad de intervenir en lo más mínimo sobre el Trabajo de los ciudadanos súbditos de este país que es España, ¿para qué sirve usted? Dimita, hombre. Porque si no lo hace, lo único que le queda es lo de hoy, salir en la tele y en los papeles para decir lo que aquí el que suscribe acaba de escupirle a la cara: No puede usted hacer nada. Porque declarar públicamente un Ministro de Trabajo que "Será difícil ver gente trabajando" hasta marzo, señor Corbacho, es otra manera de decir: "No puedo hacer nada". Porque aquí, en Leshoto y en Papúa - Nueva Guinea sólo se verá gente trabajando cuando a los cuatro hijos de perra que tienen el "libre mercado" bien agarrado por el mango les salga del páncreas ver gente trabajando.

Señor Ministro, lo tiene usted bien fácil. Sólo hay dos opciones para usted. Una, trinca el mango del "libre mercado" y se aplica seriamente a intervenir empresas en las que se destruye empleo a diario en aras del estéril beneficio empresarial. O dos: Después de decirnos a todos que "Será difícil ver gente trabajando" hasta marzo, o su equivalente "No puedo hacer una mierda por sus trabajos, jódanse" hasta marzo... Pues deja usted su cartera de Ministro sobre su mesa de Ministro, le dimite al Petazeta, se pilla el bus lleno de trabajadores sin trabajo y se va a su casa. Seguro que allí resulta más útil, señor Ministro.


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martes, 2 de diciembre de 2008

Solbes, Sacyr, Lukoil y la madre que los parió

Nos dice el tío Solbes, a fecha de hoy, que apuesta por que Repsol siga siendo una empresa "gestionada por España". Pues nuestro señor ministro ya ha perdido la apuesta, sin que siquiera se juegue el partido con los rusos.

Porque, vamos a ver... Que se sepa, Repsol es una empresa privada. Una sociedad anónima. Y, según las reglas del sistema capitalista, libremercadista, liberal y cabrón en el que unos pocos juegan y que la mayoría padecemos, que una empresa esté constituida como sociedad anónima viene a querer decir que está en poder de unos señores que son propietarios de pedacitos de la empresa, vulgo acciones. Unos señores privados. Muy privados. Anónimos, por propia definición. Sociedad anónima, recordemos. Unos señores sujetos, simplemente, a las "reglas del mercado".

Porque aquí, en Leshoto y en Papúa - Nueva Guinea tenemos "libertad de mercado" y "reglas de mercado". Unas reglas que, normalmente, brillan por su ausencia. Y más cuando el propio ministro aboga por la mínima intervención estatal en la "libertad de mercado". Por otra parte (o por la misma según se mire), la nacionalidad de los propietarios de las acciones no implica obligaciones adicionales además de las consustanciales a la ya mencionada "libertad de mercado". En otras palabras, que los accionistas (sean éstos de Repsol, de Sacyr, de Lukoil o de la figa de la Bernarda) pueden hacer con sus acciones (y por ende con su empresa) lo que les salga del moño. Que, normalmente, y siguiendo los principios de la "libertad de mercado" suele acabar siendo la búsqueda del máximo beneficio. Caiga quien caiga, pese a quien pese, reviente quien lo haga y entre o salga en crisis todo el mundo mundial. Aquí estamos para lo que estamos, señores. Para ganar pasta por un tubo. Y nos importa un carajo verde ser españoles, gabachos, gringos o nepalíes. O eso, o que me diga el señor ministro dónde está escrito que un capitalista español se va a portar mejor que uno ruso en caso de ser necesario. ¿Qué, los accionistas españoles van a "apretarse el cinturón", siguiendo la receta que cacarea el tío Solbes para todos, pero que en realidad sólo es para nosotros, los trabajadores si es que aún trabajamos? Y una mierda. Perdone usted, y una mierda. Van a hacer lo de siempre, lo de la "libertad de mercado": Ganar toda la pasta que puedan, sin mirar pelo y sin dejar títere con cabeza. Porque el capitalismo es eso: Atila, Bucéfalo y sus Hunos a escala planetaria. La Barbarie, con mayúscula.

Así que ya está bien, señor Solbes. Bueno, usted y todos los que están gastando saliva, tinta y minutos de informativo mareándonos con la historia de Repsol - Sacyr - Lukoil. Compre quien compre, venda quien venda y trapichee quien pueda, el resultado va a ser el mismo: Una empresa privada que explota un recurso público de modo que resulte en el máximo beneficio. Beneficio privado. No español, pri-va-do. En otras palabras, lo de siempre. Y España, señor Solbes, no gestiona Repsol. Hace mucho que no la gestiona. Exactamente, desde que fue privatizada. Y seguirá sin hacerlo, acabe como acabe esta vulgar compraventa de mercachifles libremercadistas.

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