domingo, 14 de junio de 2009

Esto se cura leyendo

Crisis, hipoteca, desempleo, paquete de medidas, geocho, globalización, buguerkrin... ¿De dónde han salido todas estas cosillas que nos están alegrando tanto la vida últimamente? Hosti tú, mira por dónde nos sale éste ahora. Pues vaya usted a saber, será porque el mundo es así, ¿no? ¡Pues no! Todo tiene un origen y una evolución sin los que sería inexplicable un resultado final. O, dicho de otro modo, quién coño iba a entender cómo puede existir el Paquirrín (siendo así como es él, tan así) sin saber que es hijo de la Pantoja. Pues eso. Quién iba a entender cómo los capitalistas nos han metido en este desparrame de crisis sin saber cómo y de dónde surgió el Capitalismo.

Y eso es, precisamente, lo que nos explica Antonio Baños Boncompain en su magistral libelo La Economía no existe. Él le llama libelo, para aquí el que suscribe se trata de un librazo como la copa de un pino centenario. Tomen nota: lectura amena, capítulos cortos, ideas sintéticas, humor negro, ácido, mordaz y del otro, ejemplos sencillitos y hasta protagonizados por actores famosos, palabras llanas y poca terminología especializada... ¡Por fin un libro de economía escrito en castellano! Porque, hasta ahora, los tochos económicos podrían haber sido redactados en román paladino, en chino cantonés, en hebreo, en sánscrito o en arameo, que no había hijo de vecina que entendiese una mierda. Con La Economía no existe, se acabó no entender de Economía. Vas, te lo lees, te ríes, la entiendes y de paso pillas la cantidad de pamplinas con las que nos vienen todos los días los analistas económicos, los banqueros endiosados, los tertulianos abonados, los politiquillos de turno y, sobre todo, los "expertos". Ésos que saben tanto de todo y que, vaya usted a saber por qué oculto arcano, nadie sabe nunca quiénes son.

¿Existirán, los "expertos"? Un dilema al que ya no hace ni puñetera falta contestar. Para eso tenemos ahora La Economía no existe. Para poder mandar al carajo a los "expertos" y a sus eternas verdades. Después de leernos el libro, comprenderemos que esos "expertos" no pasan de ser curas de pueblo de los de hace tres siglos, lectores de bola de cristal, tarotistas de baraja Heraclio Fournier o sacerdotes amazónicos. Y también entenderemos que sus "eternas verdades" económicas pertenecen a la misma categoría científica que la danza de la lluvia, la sagrada comunión, el tótem de pino canadiense o las últimas declaraciones de Rouco Varela. Puras supersticiones, oscuras leyendas, secretos rituales y otras vainas todas paridas para acojonar y dominar al populacho. Es decir, para acojonarnos y dominarnos a todos nosotros.

Así que lean, lean La Economía no existe. Ríanse, disfruten y aprendan. Y luego, cuando se lo acaben, no crean que se termina la fiesta. No tienen más que ponerse a ver un canal financiero, un análisis de bolsa o una sección de economía de cualquier periódico... ¡Y verán que jartón de reírse! Ni el Chiquito de la Calzada viniendo en su caballo de Bonanza conseguirá que se descojonen ustedes tanto como el Financial Times o el Cinco Días.

2 comentarios:

Caminante dijo...

Yo dejé de creer en la "ciencia" económica a edad temprana, o no tanto, tendría... 20 y tantos. La Bolsa, las grande empresas, las sociedades anónimas o no tan anónimas, creadas todas ellas para justificar lo injusticable, el lucro por el lucro, cayera quien cayera, despersonalizándolo todo para eludir las responsabilidades, esas cosas.

Aparte... que me alegra volver a verte "en movimiento".
Besos. PAQUITA

Anónimo dijo...

la ciencia economica solo la tienen las verdaderas grandes multinacionales que en un momento de crisis tienen un departamento de cuentas compuesto de 2 o 3 grandes directivos con muy buenos sueldos por ser cientificos o diplomados y deciden echar a la calle a 3 tontos con sueldos de 750 euros para ahorrar cuando 1 de ellos pensantes llevan meses cobrando 3000 sin dar ni palo por que no hacia falta